La “Mcdonalización” de la Abogacía
Llevábamos tiempo dando nuestro punto de vista
sobre este asunto en diversos foros, pero creo que es hora de que se extienda
de un modo más amplio.
El título del artículo no es
original, viene de un término empleado por el sociólogo estadounidense George Ritzer
en su libro McDonaldization of Society
(1995) para
designar un fenómeno complejo. Aunque su aplicación al mundo de la Abogacía sí
me la atribuyo, con su permiso, claro.
Siguiendo el esquema de este autor, hace una
descripción de este proceso como de la asunción por la sociedad de las
características de un restaurante de comida rápida. En este caso del ejercicio
de la Abogacía.
Ritzer
destacó cuatro componentes fundamentales de la McDonaldización:
- Eficiencia: emplear el
método más eficaz y directo para cumplir una tarea.
- Cuantificación: emplear los
recursos exactos para lograr la meta (en este caso una cantidad de comida
concreta, expresada en el grosor de las patatas o los gramos de carne).
- Previsibilidad: los servicios
deben ser patrocinados, normalizados.
- Control: los empleados deben ser
patrocinados, normalizados y, donde sea posible, sustituidos por
tecnologías no humanas.
Llegando a la conclusión de que con esos cuatro
procesos, esa estrategia aparentemente razonable, según ese punto de vista,
puede alcanzar resultados nocivos o irracionales.
Pues bien, quiero unir a este tema
la cantidad de publicidades “basura” (porque no puedo considerarlas como Low
cost), que de un tiempo a esta parte estamos viendo en todo tipo de soportes,
en relación con la oferta de servicios Jurídicos.
Podemos ir desde grandes supuestos
despachos que ofrecen GRATIS total la interposición de acciones para recuperar
todo su dinero invertido en preferentes con el ofrecimiento del 100% de éxito y
diciendo que ganan todos sus pleitos, hasta los “Vallistas” (léase a los que
ponen su publicidad en vallas de alambre tipo cerca), que ni tan siquiera se
identifican al consumidor como letrados y lo que informan es de un precio
absurdo y un teléfono. Esto es la esencia de la Mcdonalización de la Abogacía.
Siguiendo el esquema del señor Ritzer:
La "Mcdonalización",
sería tener algo rápido, idéntico, a
cualquier hora, de la misma forma en que lo has adquirido la última vez y sin
sorpresas.
Lo cual no es aplicable a la
Abogacía tal cual yo la entiendo y tal cual creo que debe ofrecerse al
ciudadano, desde luego, cada cual que haga lo que le parezca, pero no es el
servicio que ofrece Ruiz ReyAbogados.
No hay que confundir, la
aplicación de los medios tecnológicos y el abaratamiento de costes con ofrecer
un precio que es falso o un servicio imposible de cumplir (me acuerdo de modelos
de negocio como corporación dermoestética y otros).
En los 4 elementos básicos de la Mcdonalización:
1.- La Eficacia: Todo está
realizado de forma eficaz, sin errores. Las acciones se realizan de manera
eficiente, en una serie de pasos y métodos, asociando la rapidez a lo positivo,
es decir, lo más rápido es lo mejor (un ejemplo es que nos atiendan rápido, nos
pregunten que menú queremos, nos pongan la bandeja y los productos...
rápidamente).
Podemos aceptar este elemento como mera
eficiencia en el trabajo, el trabajo bien hecho de un abogado.
2.- Calculabilidad o
Cuantificación: En dos sentidos, cantidad y tiempo. En cuanto a
cantidad, asociamos la mayor cantidad, lo más grande, a lo mejor (mucha comida
por poco dinero), es decir, mucha cantidad es sinónimo de calidad, aunque la
comida no sea buena, o sea simplemente normal.
Aquí
es donde habría que sopesar si un gran despacho o un modelo de negocio como Legálitas, por ejemplo, puede dar al
ciudadano el asesoramiento o defensa jurídica que necesita. Evidentemente, en
algún caso, por el precio que se paga al año le puede compensar a una persona,
pero para un problema un poquito más
complejo (y digo un poquito por ser generoso), probablemente no sea la solución
a sus necesidades, y es ahí donde si la publicidad bestial induce a que
contrates un servicio bajo promesas de cobertura total, luego el desengaño
puede ser muy grande y por ende, somos todos los que ejercemos la abogacía los
que en alguna medida vemos Mcdonalizado
el servicio que prestamos, lo cual entiendo como injusto cuando menos.
En
España, la mayoría de los abogados ejercen de forma individual o en
agrupaciones de tres personas como máximo, eso no es por casualidad. El
trabajo que se desempeña es muy personal y en cierta manera ese es el valor
añadido. Podemos quitar todos los restaurantes de calidad que hay en nuestro país
y sustituirlos por Mcdonalds, seguro que eso no subiría el nivel gastronómico
de nuestro país, pues igual en la Abogacía.
3.- La Predecibilidad: El
producto idéntico. Saber exactamente con lo que nos vamos a encontrar, no
esperar nada original ni novedoso.
Este
punto es otro imposible, porque la propia esencia del derecho es su
interpretación y ahí es donde está el verdadero arte de un jurista, esto no lo
puede sustituir una máquina de poner demandas y además luego se vive cuando
llegamos a juicio y la máquina de hacer “churros”,
permítaseme la expresión, tiene que hablar y discutir y probar. Esta parte no
la anuncian en su publicidad.
Y
por otro lado, no se le puede decir al cliente que esto está ganado o que se va
a arreglar seguro si nos contrata, como estamos hartos de escuchar en algunos
de estos anuncios, que son absolutamente demenciales y van contra la práctica
habitual que nos podemos encontrar en un juzgado. El decir que se va a
solucionar un problema de suplantación de indentidad porque mi abogado es de
tal “Mcdonald” es decir mucho. La
práctica te dice que nadie está blindado ante este tipo de delito y que no es
fácil salir de él.
4.- El Control:
Con la
"Mcdonalización", todo está controlado, cada vez en
mayor medida. Los empleados cada vez más especializados, realizan un número
limitado de acciones y cada vez hay más máquinas para evitar que cometan
errores o mejorar su productividad. (Unos empleados simplemente "fríen
patatas", otros "atienden en caja"...).
Pero no sólo controlan al
personal, también a los consumidores de una forma más sutíl (asientos
incómodos, líneas en el suelo indicando lugares, etc. que persiguen el objetivo
de que comamos rápido y nos vayamos, cubrir esta necesidad rápidamente).
Esto
en la Abogacía sería ofrecer un servicio que no quieren los consumidores, que
no les soluciona su problema y que crea
una mala imagen para todo el colectivo, aún así, existen despachos, asesorías etc. con “abogados” que no se ven y que
supuestamente redactan miles y miles de documentos, todos firmados por el mismo
letrado, curiosamente. Ni en tres vidas se podría trabajar tanto.
¿Quién hace esos trabajos, requerimientos,
contratos, etc? Ahí lo dejo.
En
resumen, que por lo menos no les engañen y puedan escoger entre comida basura y
cualquier otra que se sirva en restaurante por un buen Abogado, que somos la
Mayoría.
No
todo es precio y menos cuando se trata de sus Derechos.
Juan Ricardo Ruiz Rey
Abogado